De Alfonso, el chico del jueves: “Nada”
Jueves, 10 de la noche. Un río de agua turbia baja por la carretera, casi podría navegarse. Desde la ventana no veo el paisaje de siempre, hoy no, ahora solo veo una masa negra que absorbe, implacable, todos los motivos en los que suelo entretenerme. No está la pequeña casita en la que una entrañable pareja de ancianos acostumbra a desahogarse a gritos con sus ocas y gallinas, no está la luz de la fábrica