EL PAÍS/ KICO CADAVAL
La imagen es única. Sí, única, porque ya no se ve a nadie con el periódico doblado, signo de que es propio, que se ha comprado y no es del bar, café o sociedad, que está suscrito a mitad de precio (y otro de regalo) para que los clientes tengan entretenimiento añadido a la galleta o pincho complementario al pedido correspondiente. Así doblado, el periódico es un objeto “raro, raro, raro”, muy distinto a como