La lacra que no cesa: botellón y pintadas
Hay cosas que parecen no dejar de degenerar. Cuando creemos que ya han llegado a su cota cero, van y suman más sorpresas negativas donde menos se espera. Fui a dar una vuelta por Monteferro. Ahí se encuentran unas calas que si no conoces es difícil dar con ellas. Una, la más pequeña es ésta. Bajas por unas escaleras de madera estrechas y empinadas que parecen hechas solo para gente que no tiene problemas de movilidad,